lunes, 13 de abril de 2009

Solo diciendo lo que siento…


Puedo entender por lo que estoy pasando, y de esa forma ayudo a los demás a comprenderme y respetar mis tiempos.
Cuando por fin tienes la fortaleza de decir la verdad, debes hacerlo, sin miedos de herir a nadie, pues tu estas mas herida y mas dolida que nadie.
No busques las palabras, solo dilo.
No pienses en como, ni cuando, ni donde, solo piensa que te quitaras ese enorme peso de encima y podrás alivianar el dolor de tu alma.
Recuerda que es el comienzo de una nueva etapa, la sanación de tus llagas, la sanación de tu alma.
No busques el momento indicado, pues este nunca llegará. Siempre pensaras en los demás y no en ti misma. Solo dilo.
A tu madre, a tu amiga, a tu pareja, a la persona en la cual confíes, aunque se que para nosotras es difícil eso de confiar…
Escucha tu voz interior y hazlo, con las palabras que te salgan de los labios, y nunca esperes una reacción determinada, solo espera que tu interior hable y así comience a sanar. Los demás tendrán su propio dolor, sufrirán con sus propias lágrimas, las mismas que no vieron en ti durante estos años.
Enfréntate a tu pasado, hazle saber que vas a curarte y que de ahora en mas en ese camino no vas a estar sola, las personas que realmente te quieren estarán de una forma u otra contigo.
Las reacciones de tus seres queridos pueden ser variadas, no te desanimes ante las primeras actitudes, deja que puedan entender y comprender lo que les estas diciendo.
Es difícil para ellos ponerse en tu situación, recuerda que solo tú la has vivido, y eso te ha lastimado hasta el día de hoy.
Haz tu propio duelo, si, el secreto que habías guardado durante tanto tiempo ahora ya no esta contigo, y eso te duele y mucho. Pero es como emprender un nuevo camino, sin esa mochila que han hecho crecer sobre tus espaldas.
Llora, grita si sientes la necesidad de hacerlo, cada cual tendrá su propia valoración ante lo que tú has dicho.
Algunos quizás se pongan a llorar, otros solo quedaran en silencio sin atreverse a mirarte a los ojos, alguien puede querer abrazarte, solo déjate tocar, esta vez vas a sentirlo distinto, ya lo verás.
No busques que todos reaccionen igual, todos somos distintos, y asumimos las cosas de maneras diferentes.
Solo piensa que te has liberado y que vas a emprender un nuevo viaje, ahora acompañada.
Dile a la niña que llevas dentro que esta todo bien, y que ese secreto ya no debe estar guardado, que ahora podrá volver a reír, a soñar, a jugar…

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